“¡Ámate o ‘amujérese’!: Chaves lanza duro mensaje a Johana Obando”
Este comentario se dio durante un intercambio con la prensa, cuando el mandatario fue consultado sobre las afirmaciones de Obando. La diputada había sugerido que Chaves, por razones políticas, estaría detrás de que el Gobierno de Estados Unidos le retirara el permiso para ingresar a ese país. Ante esto, el presidente fue tajante y calificó las declaraciones como irresponsables, añadiendo que Obando debía “asumir las consecuencias de lo que ha hecho”.
Sin embargo, fue el uso del término “amujérese” el que encendió las alarmas entre sectores feministas, periodistas y figuras de la opinión pública, quienes han criticado el tono de la respuesta del presidente por considerarlo ofensivo y cargado de connotaciones sexistas. Para muchos, esa expresión no solo desvaloriza el rol de la mujer, sino que también busca deslegitimar a una diputada que se ha mostrado crítica del Poder Ejecutivo.
Johana Obando, por su parte, rompió su silencio días atrás tras dejar el Partido Liberal Progresista, al cual pertenecía desde su elección. Desde entonces, ha tenido una postura más directa contra el oficialismo. Ella asegura que su separación del partido fue producto de diferencias éticas y de fondo, y ha señalado que su actuar en la Asamblea Legislativa responde a sus principios y no a presiones externas.
El enfrentamiento verbal entre Chaves y Obando se suma a una larga lista de tensiones políticas en Costa Rica, donde la confrontación entre el Ejecutivo y figuras del Congreso ha sido una constante durante esta administración. Además, el caso de la visa de Obando se suma a otros similares en los que se cuestiona la participación o influencia del Gobierno en decisiones tomadas por autoridades extranjeras, particularmente de Estados Unidos.
En redes sociales y medios de comunicación, la frase “ámate o amujérese” rápidamente se volvió tendencia, con opiniones divididas entre quienes defienden el estilo directo del presidente y quienes exigen un trato más respetuoso hacia las mujeres y hacia quienes cuestionan al poder.
Esta situación reaviva el debate sobre el lenguaje que utilizan las figuras públicas y la importancia de mantener el respeto y la equidad de género en la política costarricense.