Historias de fe: ¿Qué mueve a los romeros rumbo a la Negrita?
Cartago, Costa Rica | 2 de agosto de 2025 – Cada año, cerca de 2 millones de personas caminan hacia la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, pero más allá de la multitud, lo que destaca son las historias personales de fe, gratitud y esperanza que motivan a los romeros.
Un equipo de Grupo Extra acompañó la Romería el 1.º de agosto y en el trayecto conoció a algunos de esos peregrinos que, con el corazón lleno de devoción, emprendieron el camino hacia la Virgen.
Un milagro que se convirtió en promesa
Yanancy, quien caminó junto a Juan Luis Moreyo y su hermano desde San Miguel de Sarapiquí, recuerda que hace 16 años pidió por la vida de su hija, quien sería sometida a una cirugía de corazón abierto. Hoy, con la voz entrecortada por la emoción, cuenta que su hija tiene 21 años y goza de buena salud.
“Venimos en agradecimiento. Mi hija es mi milagro”, expresó.
Una promesa convertida en arte
Shirley Jiménez Sánchez, desde San José, cumplió una promesa muy particular: soñó con la Virgen y decidió pintarla. Utilizó agua bendita de la fuente de la Basílica en su obra, como símbolo de protección para su hijo con autismo.
“Voy con mucha fe para que la Negrita me lo cuide siempre”, dijo mientras sostenía con orgullo su lienzo, que representa a la Virgen con su hijo en brazos.
Pidiendo un milagro de salud
Otra romera, que prefirió no dar su nombre, emprendió la caminata desde La Uruca, también en San José. Su motivación: pedirle a la Negrita que la cure del desgaste en sus piernas.
“Quiero que la Negrita me haga un milagro para que me cure mis piernitas y nos vaya bien siempre a todos en el mundo”, dijo con esperanza.
La fe de toda una comunidad educativa
Una monja salesiana relató que participaron de la Romería junto a jóvenes, profesores y familias del CINDEA Madre Mazzarello, además de las obras sociales de María Auxiliadora San María Romero y del ELMA.
“Estamos muy agradecidos con Dios por darnos una madre tan maravillosa”, dijo emocionada, explicando que muchos del grupo caminaban para dar gracias o pedir por la salud de un ser querido.
Más que una caminata
Estas historias reflejan que la Romería no es solo un acto físico, sino una expresión profunda de fe, sacrificio y comunidad. Aunque los motivos cambien, el destino es el mismo: la Basílica de Los Ángeles, punto de encuentro entre lo humano y lo divino.
Este año, la imagen de la Virgen recibió a los fieles vestida con un traje típico limonense, rindiendo homenaje a la diversidad cultural del país.