Lo que buscaba ser un paso hacia la formalización y la transparencia en los pagos digitales terminó generando el efecto opuesto. Desde el 1° de setiembre, el Ministerio de Hacienda dispuso que toda transacción realizada con SINPE Móvil debe estar respaldada por una factura electrónica, lo que implica reportar de inmediato esos ingresos a Tributación.
La medida pretendía combatir la evasión del IVA, pero en la práctica está provocando que muchos comercios eliminen el servicio de sus opciones de pago. Supermercados, pulperías y negocios de barrio ya colocan rótulos con el mensaje “No SINPE”, obligando a los clientes a regresar al efectivo.
Lo que Hacienda esperaba… y lo que pasó
El director general de Tributación, Mario Ramos, aseguró que la obligación de declarar impuestos no es nueva y que el ajuste solo reconoce oficialmente a SINPE Móvil como medio de pago en la versión 4.4 de los comprobantes electrónicos.
“El uso de esta plataforma nunca eximió del pago de impuestos”, recalcó.
Sin embargo, para muchos comerciantes la nueva disposición implica más trámites, costos adicionales y el riesgo de sanciones, lo que sienten como una persecución fiscal.
Informalidad en el centro del debate
Costa Rica arrastra altos niveles de economía informal, que se acentuaron tras la pandemia. Formalizarse no significa solo cumplir con Hacienda, sino también asumir cuotas a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y otros gastos que pequeños emprendedores consideran insostenibles.
¿Qué pasa con el consumidor?
El impacto ya es evidente: los clientes se topan con rótulos de “No SINPE” en negocios donde antes podían pagar con el celular. La consecuencia es clara: menos opciones digitales y más dependencia del efectivo, justo lo contrario a lo que Hacienda buscaba.

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