El expresidente Luis Guillermo Solís declaró ante la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa que valoró el desempeño de Celso Gamboa en sus cargos como fiscal, viceministro de Seguridad y director de Inteligencia y Seguridad antes de invitarlo a formar parte de su gabinete.
Solís describió a Gamboa como un “puente constructivo” entre la administración saliente de Laura Chinchilla y su gobierno, destacando que recibió indicadores de crímenes violentos en niveles muy bajos. Durante su gestión, afirmó que no existían alertas sobre presuntas actividades ilícitas del funcionario, ni locales ni internacionales.
Retiro del Poder Ejecutivo y comunicación posterior
En febrero de 2015, Gamboa comunicó a Solís su intención de regresar al Poder Judicial para aspirar a una suplencia en la Fiscalía General y luego a la Sala III. Tras su salida, Solís señaló que la comunicación fue prácticamente nula, volviendo a verlo de manera casual en un evento de la Uccaep, donde fue reconocido como funcionario destacado.
Sobre investigaciones y extradición
Ante preguntas de la diputada Pilar Cisneros, Solís recordó que Gamboa no figura como imputado ni testigo en el caso conocido como “Cementazo”. También afirmó que no tuvo relación con él respecto a las presuntas actividades ilícitas señaladas por la DEA a partir de 2017, tras concluir su mandato.
El expresidente manifestó sorpresa ante la acusación y solicitud de extradición de Estados Unidos, afirmando:
“Es una persona distinta a la que conocí como ministro” y que cambió completamente.
Logros en seguridad durante su Gobierno
Solís destacó que durante su administración se nombraron 3.400 policías, se construyeron nueve delegaciones y tres cárceles, y se gestionó la donación de ¢132 mil millones de los gobiernos de Trump y Obama para fortalecer la seguridad.
La comparecencia de Solís, al igual que la de la expresidenta Chinchilla, se dio en el marco de una moción parlamentaria presentada por la diputada Cisneros.
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